primera entrega
A poco más de un mes de finalizar la experiencia, tan intensa e interesante, del Eco Campamento Lúdico llega la necesidad de hacer un poco de orden en todo lo que esa aventura ha generado, tanto en el plano personal como en el profesional. Queriendo un poco “sistematizar” (valgan las comillas) inquietudes y aprendizajes que fueron aflorando poco a poco en el transcurso del campamento o apareciendo de repente con toda su fuerza y urgencia. Organizar otro tanto la mesa del Mago (tan desordenada como mi mesa de trabajo) al fin de tener listas herramientas y estrategias para usar en una futura “próxima vez”.
Sin duda ha sido una experiencia nueva, primera vez de trabajar sistemáticamente con ese rango de edades: niñ*s de la escuela primaria. Otra primera vez de trabajar con esa clase social: por lo general, niñ*s de clase media/medio-alta de una ciudad conservadora, como es Granada de Nicaragua.
Tener que inventar un formato para hacer frente a las necesidades de las familias: más que un campamento tradicional (con salida y dormida afuera), ha sido una propuesta de clases de verano a tema, tres semanas de actividades fuertemente centradas en lo lúdico como elemento catalizador y generador de otro tipo de aprendizaje.
Instancia para probar en carne propia todas aquellas inquietudes que han venido apareciendo en los cursos de formación sobre Ludopedagogía: ¿cómo voy a integrar esto a mi trabajo? ¿cómo utilizarlo en las actividades con niños? ¿cuáles adaptaciones tengo que hacer?
Un desafío que se nos planteó con toda su envergadura desde el inicio (desde los primero momentos de planificación y más aún desde las primeras horas de intervención con l*s niñ*s) y que mantuvo su intensidad por todo el tiempo, sin dejar un momento de tregua, obligándonos a la revisión constante y al ajuste continuo.
Esta no es la palabra final sobre cómo hacer una intervención con niños, al contrario, es un punto de reinicio, reflexión sobre la práctica de los aciertos los errores los aprendizajes, para volver a la práctica con más consciencia y más herramientas para la intervención.
Primer experimento que nos anima a emprender otros.
Y si estos andares les pueden servir a algún caminante, mejor todavía.
colectivo clinameN 